Semblanzas decaídas. Autobombo del ciego escritor

Por Carlitos Cañete / @desen.focado

Llenando el vacío que atraviesa diferentes códigos, esta teatralidad narra la estrepitosa jornada del final de una mudanza más, donde una pareja vivirá elevadas emociones, en compañía de inesperados arquetipos.
Una obra que me interpela desde varios flancos, cambiando conexiones neurológicas y con el resto del mundo.
Un gran mambazo que expongo con un maestro, amigos y amigas de exquisitas vivencias y contigo Sebastián.
El ciego loquito del centro de Asunción, al que no le cuesta demasiado llorar de verdad y aveces, de mentira, tampoco, admite –en el espíritu de algún romanticismo noble- que sos la hormiguita que escogió caminar conmigo y a veces llevarme a pasear en su autito a control remoto.
Nunca podría ser el mismo ya.
Luego de ésta introspección bastante personal, que escribo, primero porque quiero y sé cómo hacerlo, es también para practicar la autocrítica.
A mis colegas periodistas les diría que si quieren hacerlo; háganlo, al igual que a mis compas de actuación.

Aunque más allá de todo eso, considero que mi oficio favorito es escribir.
Cada idea desarma los píxeles, creyéndome la reencarnación de Ferdinand de Saussure descubriendo el surrealismo vibracional del inconsciente acústico.
Moopio!
Semblanzas decaídas es una comedia negra protagonizada por Hugo Matto, Silvio Rodas, Alma Quiñónez y Emilio Ortellado.
La escribí el año pasado más o menos como hipermetáfora de lo intenso, exagerando vivencias y divagues del trópico.
Una pareja se muda por tercera ocasión. Re contra podridos los dos empiezan a irse bien a la puta, mientras otra clase de parejas llega a barnizar la noche con mambazos a lo Alejandra Pisarnik.
Todas las noches se llevarán una sorpresa, que enseguida dejará de serlo tanto, aunque eso depende de ustedes cuando la contemplen.

La coyuntura del proceso artístico se da mientras resisto el haber renunciado a un trabajo privilegiado, al que llegué más que nada por que los empleadores de repente se dieron cuenta que no es muy fácil sacarse de encima al nuevo ciego prepotente.
Digo privilegiado porque en éste país, los ñembos capacitados subestiman a veces en la cara a alguien que no ve, oye. Camina o tiene un pezón en la frente, no otorgando oportunidades reales de trabajo, incumpliendo la legislación de obligatoriedad de contratación de personas con discapacidad en entes públicos, no llamando a concursos, no adaptando el acceso físico de sus edificios, varios de los privados no lo hacen tampoco.

No se cumple la ley de que puedo invitar a un acompañante a disfrutar un placentero viaje en bus por el país.
No se cumplen tantas cosas y si me rompo el cuello caminando en la 80ª celebración de los juegos del hambre que es Asunción, le dejo mis libros a mis sobrinas.
Por estas cosas también me permito escribir.
 Semblanzas decaídas duele mucho, por la comedia y por su desaliento hacia las nuevas formas de opresión también.

La oscuridad está mal planteada…

Tres escenas llevan al público a un viaje donde el sonido de las letras de los libros volando en sus imaginarios, no le da tregua a la realidad.
El periodista, escritor, actor y productor Carlitos Cañete traslada algunas metáforas sobre su ceguera al texto que escribió y junto con el también actor, director y fotógrafo Sebastián Ovelar co dirigen ésta teatralidad impregnada de ironía, risas, análisis semántico, música, baile y evocaciones a la incesante verdad.

Así que queridos colegas de todas las disciplinas afines, practiquen la autocrítica, critíquense a sí mismos, así no hayan estrenado aún y la gente no entienda demasiado qué onda.
Subimos a escena el 31 de mayo.
En estos días el Instagram les informará las fechas y les dirá que este anuncio fue pagado con fondos propios

“Resonador magnético.
Cortes de visión.
Uno de ellos entre la programación de los impulsos y aparente biología humana distinguiendo la realidad con los ojos”.

Fotos: @barbieta_ dechicano.

Make up & hair: @pablotriangulo.

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